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Gabriela Mistral y el Anarquismo



Por Sebastián Allende Martínez

“El mundo entero marcha extraviado. El egoísmo, el afán de dominio, y la ignorancia son las causas. Los más, estamos a expensas de los menos, que son lo que dominan con una audacia y un sentido tan inhumanos, que asombra. El miedo, las armas, la violencia y los campos de concentración, están convirtiendo al hombre en un verdadero títere, robándole despiadadamente lo más grande que posee: la libertad de pensar y actuar y el espíritu creador…”.
Gabriela Mistral



Al momento de escribir este ensayo, no busco encasillar el pensamiento de la poetisa de mirada humilde, con alguna escuela política, sino postular ciertas semejanzas entre el ideario de ruta de Gabriela Mistral y algunas posturas clásicas de la filosofía ácrata.
Entre ellas están la preocupación por la situación de los trabajadores, los derechos de la mujer y una convicción por denunciar el sistema carcelario ya que, según su juicio, este ejerce casi nula influencia reformadora en el espíritu del preso, tal cual lo hiciera Kropotkin en su conferencia “Las prisiones”, el año 1877. Si bien los temas descritos en las líneas pasadas no son de exclusividad anarquista, al menos figuran tempranamente en su prensa1.





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    Ahora bien, sin duda alguna, al acercarse a la producción literaria de nuestra poetisa, una de las cosas que más sorprende es el profundo desconocimiento sobre su pensamiento mundano. Al no haber militado en ninguna organización partidista, su ideario quedó relegado al segundo plano, constituyendo sus poemas a Sandino -y la defensa pública que ella realiza-e l factor que surcó nuevos senderos en torno a su obra. Sinceramente, y sin ningún ánimo de ofender a nadie, yo no creo, puedo estar equivocado, que haya sido la “derecha” quien haya lanzado al mar del olvido sus opiniones políticas; pues su crítica al stalinismo, como aversión a cualquier totalitarismo, seguramente caló fuerte en una época en la cual “el compañero” de bigote constituyó la devoción de más de alguno2. No obstante esto, yo no planteo que Gabriela Mitral haya sido anarquista, ni mucho menos, es más ella fue muy duros con los anarquistas españoles a quienes tachó de “pobres ilusos” (aunque ella era crítica de todos los espectros políticos, a Stalin le dijo “matarife”, no le escribió poesía), ante el excesivo, según ella, utopismo de sus propuestas3. Mi intención, más bien, es exponer sus escritos en la prensa anarquista chilena, hasta el día de hoy desconocidos.
SUS INICIOS Gabriela Mistral, desde muy pequeña demostró un claro interés por los problemas sociales, de hecho, su pseudónimo lo toma de Gabriel d Annunzio -posterior partidario del fascismo- y Federico Mistral, a quienes siempre admiro por su pluma fiel a los campesinos. Desde su Vicuña natal -Norte de Chile- tempranamente conoció la obra de León Tolstoi, de quien toma elementos para formar su pensamiento, pues ella en sus “Escritos Políticos” habla del “cristianismo con sentido social”4, sin olvidar su ferviente pacifismo. De igual manera, importante es “traer a colación” que Gabriela Mistral siempre tuvo contacto con personas que, al menos durante algún pasaje de su vida, observaron una actitud libertaria, como el poeta Manuel Magallanes Moure -pintor y poeta partícipe de la colonia tolstoiana de San Bernardo5- o Manuel Rojas. Es más, su amigo íntimo fue el literato ácrata criollo, José Santos González Vera. Inclusive, en una obra en que se exponen las epístolas entre Gabriela Mistral y Magallanes Moure6, ella reconoce en 1915 a los hermanos Reclus7, como una gran influencia en su transitar, junto a Walt Whitman o Máximo Gorki. Asimismo, un dato no menor es su colaboración en la revista “Babel”, de claro signo libertario, nacida en Argentina a comienzos de la década del 20, pero reaparecida en Chile años más tardes, y dirigida por el escritor ácrata Enrique Espinoza -Samuel Glumsberg-; allí escribieron o al menos figuraron los escritos de Alfonsina Storni, Horacio Quiroga, Ernesto Montenegro8, Aldous y Julian Huxley, Albert Camus, entre otros destacados exponentes de las más diversas disciplinas. Cuyos escritos aún permanecen inéditos, al menos en Chile.
GABRIELA MISTRAL Y LA “CUESTIÓN SOCIAL”: SOLIDARIA CON LOS EXPLOTADOS Y OPRIMIDOS. Como tal, los primeros años de Gabriela topan con el mayor reto de los gobiernos del continente: la llamada “cuestión social”. Esta constituía, tanto en Europa como en la “América morena”, un problema de vital trascendencia para los sectores más vulnerables de la sociedad. Dentro del tema en cuestión, estaba la falta de vivienda, la carencia de un sistema de salud y educación de carácter universal. Si bien muchas de estas carencias con el tiempo fueron solucionadas, durante los primeros años de Gabriela Mistral ellas constituían la temática principal de la prensa obrera y preocupación de muchos mortales. Entre quienes se sentían conmovidos por la realidad de los trabajadores, en nuestro país, estaba Arturo Fernández Vial9, a quién Mistral dedica un poema, llamándole el “desombrerado”; siendo , hasta donde conozco, la única persona en dedicarle algo así a este contralmirante de la Marina, que luego de ser expulsado del ejército chileno, se convirtió al anarquismo. De igual forma, importante es recordar el alojamiento, en Temuco, que otorga Gabriela Mistral a Manuel Rojas y González Vera, ambos anarquistas, cuando éstos fueron perseguidos durante la guerra de “don Ladislao”10, el año 1920. Así, la vieja concepción de Doña Lucila como conservadora o “apolítica” se desvanece como dos “pompas de jabón”. No obstante esto, el nexo más grandioso entre Gabriela Mistral y el ideario anarquista, lo constituye la aparición de dos poemas, escritos en prosa, en “El Sembrador”11, la revista libertaria de la ciudad de Iquique, dirigida por el incansable, tipógrafo según Ángel Cappelletti12, Enrique Arenas. Ambos escritos figuran el año 1923, en los números 62 y 63, respectivamente. Al momento de leerlos, uno no tiene posibilidad de perderse, era su pluma, su espíritu, esa profundidad que nos recuerda el cantar de las aves, esa sensación que sólo la otorga quienes escriben de lo más profundo de su interioridad. El primer poema en cuestión aparece el 27 de Octubre de 1923 -un año después de editar “Desolación”- y se llama “A un sembrador” -incluso pareciera llevar dedicatoria: “Siembra sin mirar la tierra donde cae el grano; estas perdido si consultas el rostro de los demás” más adelante expresa: “Di tu palabra y sigue tranquilo, sin volver el rostro. Cuando vean que te has alejado recogerán tu simiente o tal vez la besen con ternura y la lleven a su corazón… Hasta los hombres más prácticos, los que se dicen menos interesados en los sueños, saben el valor infinito de un sueño y recelan de engrandecer al que lo soñó”. El segundo de ellos, figura en el número 63 del mismo semanario ácrata, y lleva por título “A los niños”, acá se vislumbra nuevamente su bondad: “Después de muchos, cuando yo sea un montoncito de polvo callado jugad conmigo, con la tierra de mi corazón y mis huesos. Si me recoge un albañil me pondrá en un ladrillo y quedaré clavada para siempre en un muro y yo odio los nichos quietos”. Más adelante anota: “Si me hacen un ladrillo de cárcel enrojeceré de vergüenza oyendo sollozar a un hombre; y si soy ladrillo de una escuela también, de no poder cantar con vosotros, en los amaneceres”. Amén.
“EL PEQUEÑO EJÉRCITO LOCO” Durante la medianía de la década de 1920, numerosas repúblicas latinoamericanas eran ocupadas por Estados Unidos, entre ellas Nicaragua. Un campesino, Sandino, tomando, según mi juicio, los colores de la bandera anarcosindicalista -rojo y negro- el año 1926, se lanza en defensa de su pueblo y su libertad. Es así, como con una escuálida hueste -“eran 30 con él”, dice la canción- se interna en la selva preparando la resistencia armada, encabezando el “ejército de los hombres libres”, a despecho, claro está, de los nacientes partidos comunistas latinoamericanos. Editados por el diario “El Mercurio”, su defensa pública, cayó en el más ignominioso de los silencios. No obstante aquello, si bien sus palabras de apoyo a Sandino llevan un furibundo espíritu americanista, Gabriela Mistral escribe años antes, un 17 de Abril de 1922: “¿Odio al yanki? ¿Por qué le odiaríamos? Qué odiemos lo que nos hace vulnerables a su clavo de acero y oro, a su voluntad, a su opulencia”13. En este fragmento, según mi opinión, es posible vislumbrar una clara reflexión libertaria al diferenciar sociedad con Estado. Hecho no menor, al constituir, por lo demás, la base del pensamiento anarquista. Elemento olvidado por muchos jóvenes, simpatizantes libertarios, que despotrican contra el “sucio judío”14 frente a las atrocidades cometidas por el Estado de Israel en contra del pueblo palestino. Así, Gabriela Mistral no cae en el revanchismo fácil que adolecen ciertas lumbreras izquierdistas, ni tampoco cae en la ficción de las ciencias jurídicas que buscan equiparar sociedad con Estado, de forma necesaria. Considera, según mi interpretación, que un grupo de gobernantes pueden, en virtud de intereses económicos y geopolíticos, llevar a cabo una empresa de conquista, aunque sin representar necesariamente el sentir de una nación en su totalidad.
GABRIELA MISTRAL Y LOS PRESOS DE BRAGADO En América Latina, especialmente, después de la crisis del 29, emergieron numerosas dictaduras o mandatos de variados tintes ideológicos. En la tierra hermana, la Argentina, el año 1930, Uriburu derroca al segundo gobierno de Hipólito Irigoyen, un mandatario con contradicciones insalvables, pues a pesar de realizar cambios al final del régimen oligárquico, también blandió la espada contra los trabajadores de la Patagonia durante su primer mandato, el año 1921. Así, durante la dictadura de Uriburu, en la cárcel de Bragado -localidad del gran Buenos Aires-, el año 1931 caen siete anarquistas, supuestamente culpables del asesinato de un político conservador. Entre ellos estaban los obreros Reclus de Diago, Santiago Mainini, Pascual Vuotto, Rossini. La “década infame” de la historia argentina -por la corrupción y la violencia ejercida en esos años- encarceló finalmente, a los primeros tres, liberando al resto. El presidio de Vuotto, Mainini, y de Diago duró 11 años, desde 1931 hasta 1942, exactamente. Este caso, se asimiló mucho al luctuoso recuerdo de Sacco y Vanzetti, sentados en la silla eléctrica en Estados Unidos el año 1927. Así, el presidio de estos tres ácratas fue bastante duro, por suerte contaron con el apoyo de otros grupos de izquierda, que solidarizaban con la injusticia cometida. En torno al tema, el historiador argentino Felipe Pigna, en su obra “Los mitos de la historia argentina” expone la siguiente carta enviada la navidad de 1939, al anarquista Pascual Vuotto. Esta dice -la reproduzco enteramente-: “Estimado Vuotto: le agradezco mucho el regalo de sus dos libros y me he leído casi entera su vida. Una de las cosas que más me ha importado en este mundo es la situación del preso. No es un interés literario, sino muy íntimo. Su caso me ha conmovido en profundidad. Defienda su alma para conservar la esperanza y un poco de alegría. Esta es indispensable para trabajar y sencillamente para vivir. Yo sé que esto cuesta mucho, pero es heroicamente, posible. Cuando usted salga de allí, la vida le parecerá más ancha y más hermosa que nunca. Y yo no dudo de que usted saldrá porque tiene amigos que velan porque se haga justicia”. Gabriela Mistral15. Acá en Chile, incluso muy pocos ácratas tenían conocimiento de esta misiva, escrita al anarquista Vuotto; Tengo entendido que Jose Ego Aguirre comentó a unos compañeros este suceso, pero claro está, con nula repercusión en un ámbito global, para qué decir en la esfera académica.
PALABRAS FINALES Una de las cosas que más llama mi atención en relación al tema expuesto, es la profunda ignorancia en torno a la relación de Gabriela Mistral con los anarquistas. Personalmente la creo librepensadora, mas también postulo casi con certeza absoluta su conocimiento del pensamiento anarquista16, quizás por medio de Gonzalez Vera. En todo caso, el desconocimiento sobre esta faceta de Mistral, es algo común en nuestro país de “ciegos”, por ejemplo, recién ahora se publicaron los escritos libertarios de González Vera y Manuel Rojas, en el libro “Letras Anarquistas”. Ahora bien, específicamente en lo que atañe a Lucila Godoy, la escritora Matilde Ladrón de Guevara, en su obra “La rebelde Gabriela”17, comenta que fue su origen humilde lo que gatilló su sepultura, siendo además sus críticas al latifundismo y las oligarquías las que motivaron enconados comentarios, por ejemplo, de Raul Silva Castro, en la prensa nacional.
De esta manera, el camino de Gabriela Mistral, estuvo siempre al lado de los humildes, de los niños descalzos, de los trabajadores explotados, de los anarquistas injustamente detenidos, en fin, su espíritu tuvo un signo libertario, librepensador, antifascista. Por estos motivos, según mi juicio, el escritor ácrata rancaguino Oscar Castro Zuñiga, el único chileno que escribió, además, un responso a García Lorca cuando fue asesinado por el fascismo, le dedicó este poema a Gabriela Mistral:
“Cuando inmóvil te quedes -Ay, Gabriela, Gabriela- Te acuñarán los Andes Como en una moneda y te harán de greda el sarcófago Para que siempre tengas tierra”18.
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Notas al Pie
1 El anarquismo, a la par de posicionarse como idea revolucionaria, busca también una nueva ética que abarque las relaciones humanas; Ver “El Proletariado Militante”, escrito por el “abuelo” del anarquismo español, Anselmo Lorenzo, específicamente el capítulo vigésimo séptimo; su versión digital puede consultarse en la valiosísima, www.antorcha.net. 2 Muy llamativa es la portada del diario “El Siglo”, cuando falleció Stalin, el año 1953. mas, sin lugar a dudas, los poemas de Neruda constituyen una obra digna de ser leída. 3 Vargas Saavedra, Luis. “Castilla, tajeada de sed como mi lengua Gabriela Mistral ante España y España ante Gabriela Mistral 1933 a 1935”. 4 “Gabriela Mistral: Escritos Políticos”, Compilación por Jaime Quezada, Editorial Fondo de Cultura Económica, Chile, 1994. 5 Fundada e incentivada por el señero tolstoiano Augusto Dhalmar, primer premio nacional de literatura en Chile, el año 1942. 6 Epistolario entre Gabriela Mistral y Manuel Magallanes Moure, editado por la Universidad Católica, página 97. 7 Muy particular es la descripción de ambos hermanos, cuando en el índice biográfico de aquel texto, se dice sobre ellos que fueron “amenos divulgadores de geografía”, mas sin mencionar en ningún momento el ideario anarquista que, al menos, Eliseo Reclus profesaba. 8 El periodista de profesión, oriundo de San Felipe, Ernesto Montenegro, pero escritor de oficio, también fue muy próximo al pensamiento anarquista; es más, realizó el prólogo a “Desobediencia Civil” de Henry David Thoreau, editado en Chile el año 1970, por editorial universitaria. 9 La figura de Fernández Vial ha sido muy poco estudiada, Incluso un equipo de Fútbol lleva su nombre, desde su fundación por los obreros ferroviarios, el año 1903. 10 Este episodio se denominó de esta manera, en virtud del Ministro del interior de aquella época, Ladislao Errázuriz Zañartu. Chile, atravesaba una profunda crisis social y económica, ante lo cual el gobierno de aquella época, encabezado por el oligarca Juan Luis Sanfuentes, decide movilizar las tropas del ejército chileno en la frontera con Perú, por lo cual grupos estudiantiles y obreros, ponen de manifiesto en su prensa que esta envalentonada constituye sólo una forma de descentrar la mirada de la realidad nacional, a lo cual el gobierno y los sectores acomodados, por medio de las “Guardias Blancas”, deciden asaltar el local de la FECH (federación de estudiantes de Chile) y perseguir a todo aquel que siquiera cuestionase la actitud gobiernista. 11 Esta revista tuvo des períodos, hasta donde he podido indagar, el primero de ellos abarca los años 1922 hasta 1924, y el segundo ciclo entre 1925 a 1927. Como tal, constituye una excelente fuente para estudiar la literatura y las impresiones que tenían los ácratas de aquel entonces., ya que en sus hojas figuran temas como la emancipación de la mujer, el naturismo, y las ácidas polémicas con el incipiente partido comunista chileno. 12 Cappelletti, Ángel. “El anarquismo en América latina”. Editorial Ayacucho, Venezuela, 1990, página 85. 13 Mistral, Gabriela. “El Grito”. Fuente Internet. 14 Me basta sólo con recordar la “Federación anarquista judía”, existente en Inglaterra y dirigida por el incansable Rudolf Rocker. 15 Pigna, Felipe. “Los Mitos de la historia argentina”, Editorial Planeta, tomo 3, página 274. 16 Grata fue mi sorpresa al encontrar en la página web de la “Biblioteca virtual Jose Ingenieros”, un folleto de pedagogia anarquista , cuyo prólogo lo redacta Gabriela Mistral. 17 Ladrón de Guevara, Matilde. “La Rebelde Gabriela”. Editorial Araucaria, 1984. 18 Castro, Oscar. “Bajorrelieve de Gabriela” en “Nueva Antología Poética”. Editorial del Pacífico, Chile, año 1972, página 71.



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